El consejo de Eduardo Duhalde de unificar el peronismo de Felipe Solá con la estructura de Francisco De Narváez y Mauricio Macri, produjo buenos resultados electorales, pero no conformó las expectativas del ex presidente.
Es que poco antes de producirse los comicios legislativos del 28 de junio, "el colorado” decidió iniciar una campaña de “desperonización” de Unión PRO, que molestó al “cabezón”.
Esa actitud, sumada a la discusión por los nombres en las listas, hizo que el ex mandatario mantuviera una fuerte discusión con De Narváez y le retirara su apoyo incondicional.
Pero en el acuerdo electoral tripartito quedó Solá. Si bien con el ex gobernador mantuvieron diferencias durante años, la reorganización del peronismo anti K los unió. Y Duhalde colocó gente de su confianza para que colabore con el armado felipista.
A poco más de un mes de los comicios, el lomense quiere ir por el PJ de la Provincia, y con ese objetivo, convoca a todos los sectores, entre ellos a Felipe Solá. Ambos caminan juntos un sendero de coincidencias, y no así con De Narváez, quien quiere posicionarse sin “apego a la vieja política”.
Y para la reorganización del PJ se necesita una figura actual que esté entre las conducciones del partido. Ese hombre que Duhalde mira no es otro que Daniel Scioli.
Mientras seguía las elecciones desde Europa, el ex presidente sabía que el panorama para el actual gobernador iba a ser difícil, y más cuando su candidatura no había cosechado los votos para ganar la contienda electoral.
Ni bien llegó al país, Duhalde destacó la habilidad de Scioli para manejar la coyuntura y se mostró preocupado por el desempeño de sus próximos años de gestión como gobernador.
Pocos días después del 28 de junio se habló de un encuentro entre ambos. Nadie confirmó el trascendido, pero tampoco nadie lo descartó. Solamente el titular del Movimiento Productivo Argentino (MPA) y amigo del ex presidente, Carlos Brown, reconoció que Duhalde y Scioli mantuvieron contacto por haber estado juntos en la función pública. Habló de respeto y estima mutua, pero no de una reunión reciente.
Ahora fue la esposa del ex mandatario, Hilda “Chiche” Duhalde, quien corroboró esas charlas entre el gobernador y Duhalde. Al ser consultada por el acercamiento entre ambos, ella dijo: “Conmigo no, pero con mi marido sí”.
De esta manera, selló los trascendidos y dio forma a una nueva realidad política que habla de reacomodamientos necesarios de cara al 2011, donde el oficialismo necesita de otros sectores del PJ para salir de la derrota de junio pasado.
Así, la estrategia de Duhalde comenzó a tomar forma como había prometido antes del adelantamiento de las elecciones. Su intención es ser parte del reordenamiento del justicialismo para volver a un escenario bipartidista, a esa lucha electoral entre radicales y peronistas.
Afuera quedarán los espacios políticos de figuras, y sobre todo, kirchneristas. Pero también los nuevos nombres como el de De Narváez que, por estas horas, sufre el castigo duhaldista por no entender la doctrina PJ y su peso específico en la provincia de Buenos Aires.
Fuente: ANDigital
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miércoles, 5 de agosto de 2009
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